El camino no es el descuento

Los hábitos de consumo se han modificado en los últimos años y más aún luego de la pandemia. De acuerdo a diversos estudios, los clientes ponen el acento en productos que sean innovadores, de buena calidad y amigables con el medio ambiente. Además, exigen un trato cordial, un servicio de pre y pos venta satisfactorio, y plazos de entrega acordes a sus tiempos. ¿Estamos ante el fin de la era de los descuentos?

En 1960, E. Jerome Macarthy publicó el libro “Basic Marketing: A Managerial Approach”, donde introdujo el concepto de marketing mix y las 4 P del marketing: precio, producto, lugar (place en inglés) y promoción. En esta calificación, las ofertas o descuentos contaban con un lugar fundamental a la hora de aumentar las ventas, desprenderse de mercadería estancada o atraer nuevos clientes.

Sin embargo, en la actualidad, el camino no es el descuento. La implementación de las promociones puede resultar compleja si son de amplio espectro, debido a que están condicionadas por diversos factores, como la imagen corporativa, el público, los costos y la duración. Asimismo, muchos expertos en marketing desalientan su puesta en marcha en flamantes emprendimientos o en empresas y pymes con poca trayectoria, ya que aún no se tiene un perfil bien definido del consumidor. .

Estrategias sin descuentos

El concepto de las 4 P evolucionó y hoy estamos ante el modelo de las 4 E, donde el foco está puesto en la satisfacción del cliente y el comercio electrónico. Así tenemos: Experiencia, donde se busca que el cliente tenga una experiencia de compra única y emotiva; Exchange (intercambio), donde no sólo se intercambia dinero, sino también atención, tiempo e información; En cualquier lugar, que invita a que las personas puedan pedir sus productos online y los reciban en su casa; y Evangelización, cuyo objetivo es que los consumidores recomienden los productos.

Otra estrategia muy empleada hoy por hoy es la de la entrega gratuita o free shipping, en inglés, que ayuda a aumentar las ventas sin alterar el precio de venta del producto.

En resumen, es esencial generar una experiencia de usuario única, que conecte con las emociones del consumidor y que satisfaga notoriamente todas sus necesidades.

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